La vida es injusta y mientras más rápido lo acepte, más fácil fue sobrellevarla. Es fácil caer en la trampa de las redes sociales, donde todos publican lo felices que son, los viajes, las comidas y una vida asombrosa, y aunque muchas veces es solo una versión editada de la realidad nos comparamos con otras personas, sin entender que cada quien tiene un camino diferente que recorrer, lecciones que aprender, días que disfrutar y lágrimas que llorar.
La siguiente vez que caigas en la tentación de comparar tu vida con la de los demás recuerda que cada quien tiene problemas y miedos que enfrentar y que realmente no sabes todo lo que hay detrás de las sonrisas. Por el contrario inspírate en gente que ha pasado por adversidades y es lo suficientemente resiliente para soportarlas. No podemos cambiar las cosas malas que nos pasan pero si podemos controlar nuestra actitud hacia ellas y tomarlas como un peldaño para ser mejores personas, dicen que «ningún mar en calma hizo experto a un marinero».
Por eso escoge las opciones difíciles aunque falles te harán crecer más que quedarte en tu zona de confort. Sigue tu propio camino sin mirar el de los demás, ama como si nunca te hubieran lastimado, comienza algo nuevo, cambia lo que no te gusta de tu vida ¡Hazlo! Y si te da miedo… ¡Hazlo con miedo!